Cashmere:
Proveniente de la delicada lana de la cabra de Cachemira, esta fibra se obtiene de su capa más interna, lo que garantiza una suavidad y una calidez incomparable.
Suavidad y confort: Su textura es sumamente delicada, envolviendo la piel con una sensación aterciopelada.
Calidez sin peso: Es hasta ocho veces más cálido que la lana tradicional, pero mucho más ligero.
Versatilidad: Perfecto para chalecos, suéteres y capas que elevan cualquier look, ya sea casual o más refinado.
Durabilidad: Con los cuidados adecuados, el cashmere se mantiene impecable con el tiempo.
Lana:
Tradición, calidez y versatilidad.
La lana es una de las fibras más apreciadas y antiguas en la historia de la moda. Conocida por su calidez y resistencia, es un material natural que se obtiene principalmente de ovejas, aunque existen diversas variedades según su origen y tratamiento.
Aislante natural: Retiene el calor en invierno y permite la transpiración en temperaturas más cálidas.
Textura y cuerpo: Su estructura ondulada da volumen y forma a las prendas, aportando un look elegante y estructurado.
Durabilidad y resistencia: Es una fibra fuerte que mantiene su forma y calidad con el tiempo.
Absorción de humedad: Regula la humedad natural del cuerpo, manteniendo una sensación de confort.
Versatilidad atemporal: Ideal para chalecos, abrigos, suéteres y bufandas que se adaptan a cualquier estilo, desde lo más clásico hasta lo moderno y minimalista.
Mohair:
Brillo, suavidad y ligereza.
Se obtiene del pelo de la cabra de Angora y es considerada una de las fibras más nobles y exclusivas del mundo textil.
Brillo natural: Su superficie lisa refleja la luz, aportando un efecto luminoso y sofisticado.
Suavidad y confort: Es una de las fibras más suaves al tacto, ideal para quienes buscan máxima comodidad.
Calidez sin peso: Es increíblemente cálido, pero sigue siendo ligero y transpirable.
Elasticidad y resistencia: No se arruga fácilmente y mantiene su forma con el tiempo.